Problemas y soluciones del turbo de tu vehículo

Hoy es común la utilización de turbo compresores para potenciar motores de baja cilindrada. ¿Qué cuidados hay que tener? ¿Cuales son los problemas frecuentes?

Escuela técnica 04 de noviembre de 2022 JGR JGR
turbo
Cuidados y problemas frecuentes en los turbocompresores.

La mayoría de los automóviles que se comercializan hoy, llevan motores turbo diesel o nafta. En lo que respecta a los motores diesel, hace año estos emplean turbos.

La atención que requieren estos motores es importante si queremos preservarlos. Por eso es preciso conocer a qué cosas estar atentos y saber detectar cuándo el turbocompresor de tu auto está a punto de comenzar a fallar o ya se encuentra manifestando algún desperfecto.  

También es bueno saber de qué modo podemos prevenir futuros daños y fallos en el turbo de un coche. Esta es una buena manera de ahorrarnos dinero en reparaciones. 

Un turbocompresor puede llegar a unas 200 mil rpm y, si hablamos de vehículos de altas prestaciones, la temperatura de estos llega a los mil grados. Si el turbocompresor funciona correctamente, el rendimiento del vehículo será bueno y también su eficiencia. 

Los motores cuentan, claro está, con piezas móviles resistentes, pero sus turbinas jamás soportarán malos usos o abusos de manera persistente sin que ello manifieste sus consecuencias. Como cualquier máquina, si no es bien tratada se romperá. Pero en este caso, si se rompe no será económica su reparación. Entonces, mejor es conocer y evitar dolores de cabeza. 

Podemos aprender a leer los síntomas de un motor atendiendo a ciertas señales. Antes de romperse, cualquier turbo nos anunciará posibles daños. Detectar a tiempo un problema puede salvar tu vehículo. 

Cómo saber si el turbo de tu motor está fallando

1.- Humo blanco azulado y alto consumo de aceite

Los motores siempre consumen aceite, a veces este consumo es poco perceptible. Si el consumo de aceite de tu auto aumenta, prepárate para recibir problemas. El buen estado del turbocompresor está ligado al consumo de aceite, ya que para que la turbina gire a las revoluciones indicadas, el eje deberá estar bañado en aceite. Algo básico, pues dicho eje se encuentra rodeado de casquillos especiales que, a la vez, giran al interior.

Si estos casquillos no trabajan de la manera indicada pueden generar holguras que conllevan la pérdida de hermeticidad del eje. Así, el aceite que lo lubrica se quema al interior del motor. 

Cuando se quema aceite lo detectamos porque el coche comienza a largar humo blanco con un olor característico.

¿Cómo resolverlo?
Detén de inmediato el coche. Reemplaza los casquillos o el eje del turbo, antes de lamentar la rotura total del sistema. Si detectaste tarde el humo blanco, corrobora que el motor aún cuenta con un nivel óptimo de aceite. Frente a una falla de este tipo, el motor comienza a consumir su propia aceite como si fuera combustible y lo hace de forma rápida. Al consumirse toda su aceite, el motor se autodestruye.

2.- Rendimiento inferior al normal y tironeo

Los vehículos que poseen turbo de geometría variable, diésel en su gran mayoría, suelen arruinarse por variación de su geometría. Esta tiene por función alcanzar un rendimiento mayor en todo su régimen, modificando el ángulo de las álabes de la turbina. La manera en que ese ángulo suele modificarse en los vehículos es mediante electromecanismo. Al tener que soportar temperaturas altas, el electromecanismo se daña.

Cuando el coche acumula hollín, que deriva de la combustión, se puede también atorar. Fundamentalmente en autos diésel, el hollín aparece por el uso intensivo dentro de la ciudad o al ser usado a muy bajo régimen. Esta falla la advertimos al sentir que el vehículo pierde rendimiento. Hay ciertos coches que, frente a este problema, ingresan en modo de prueba de fallos, señalando "fallo de motor" en la instrumentación.

Puedes accionar el pulmón neumático en caso de que el coche comience a dar tirones intermitentes a raíz de un daño en la válvula de descarga del turbo. En este caso no se trata de un daño de gravedad. 

¿Cómo resolverlo?
Si el auto aún se puede utilizar, llévalo al taller con urgencia andando o usando una grúa para prevenir daños mayores. Al ingresar al taller reemplazarán este mecanismo o lo descarbonizarán, si es que aún se encuentra utilizable. 
Ante este problema, el motor no se dañará físicamente. Como medida preventiva, la descarbonización suele ser de gran utilidad en motores diesel, si es que ya tiene sus años de uso y vas notando que su rendimiento ya no es el indicado. 

dct havalQué aceite lleva una caja doble embrague DCT

3.- Silbido en el vano motor

La mayoría de las averías del motor se manifiestan mediante algún ruido, si prestas atención al sonido de tu motor podrás evitarte dolores de cabeza. Si el motor resopla, el sonido se pone grave o "gordo" al acelerar tu coche, posiblemente el sistema se encuentre perdiendo presión. En este caso, algunas de las abrazaderas del turbocompresor puede haberse aflojado o fisurado. A simple vista estas fisuras no se pueden ver, por eso importa mucho prestar atención a los sonidos.

Ciertos vehículos suelen entrar en modo de prueba de fallos ante pérdidas de presión en el sistema de sobre alimentación, al manifestarse una pérdida de rendimiento del coche.

¿Cómo resolverlo?
Este tipo de daños son pequeños y se resuelven con bajas inversiones. Cambiar una abrazadera es algo económico y de fácil sustitución. Date a la tarea de comprobar con regularidad el estado de las abrazaderas y controlar que no presenten cortes o dobleces, más aún si tu coche tiene algunos años.

4.- Ruidos raros y aullidos mecánicos

Cuando estamos frente a un motor que suena como aspiradora y notamos una pérdida de prestaciones, las malas noticias no se harán esperar. Lo que ha sucedido es que el eje del turbo desarrolló holguras y las aspas de la turbina entraron en contacto directo con la carcasa. Todo esto, a decenas de miles de rpm!

Si consideramos su régimen de giro, es garantido que terminará desintegrandose. Si esto ocurre, los trozos de metal irán a parar a los cilindros del motor, provocando la destrucción de su mecánica.

Imagínate trozos de metal al interior del motor, con mucha suerte la rotura del turbo no afectará al resto del motor si lo apagas de inmediato. Pero las probabilidades de rotura de otras partes es casi segura. Hay ciertos turbos que anuncian previamente ciertos fallos, pero en su mayoría las roturas se dan sin previo aviso.

¿Cómo resolverlo?
De inmediato, detén el motor. Si tienes suerte, solamente se habrá dañado el turbo pero los otros componentes del motor se mantendrán a salvo. Lo peor que puede suceder es que debas cambiar piezas vitales del motor. 

En caso de tener que cambiar el turbo, no es tanto su costo sino el de la mano de obra para realizar el cambio. Un turbo ronda los 1.000 euros, pero cambiarlo no es una tarea que se haga de forma ligera y lleva su tiempo de trabajo.

Periódicamente, concurre al taller para que constatar que el turbo de tu coche no posee holguras. 

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Cómo cuidar el turbo para evitar daños

  1. Calidad del aceite: siempre emplea aceite de buena calidad, la diferencia entre un aceite bueno y otro de mala calidad puede ser de 50 euros cada diez km. Si piensas en lo que cuesta colocar un turbo nuevo verás que conviene pagar una buena lata de aceite del caro.
  2. Aguarda que tome temperatura: forzar la mecánica, haciendo trabajar el turbo a máximo rendimiento antes del tiempo indicado, aumentará el desgaste del eje del turbo. Lo indicado es que no sometas a demasiada carga el motor previo a que el aceite tenga la presión y temperatura correcta. Desde que encendemos el motor hasta que el turbo está bien lubricado y tiene la presión correcta pasan unos 4 minutos. El aceite no adquiere la viscosidad adecuada hasta que no alcanza unos 80ºC, lo cual tarda unos 10 minutos.
  3. Deja que se enfríe el aceite: si el aceite se carboniza, el desgaste del eje de la turbina se verá afectado. Las partículas de aceite carbonizado literalmente lijaran el eje al pasar por él. Una manera de evitar esto es mantener el aceite fluyendo hasta que el turbo logre enfriarse. 
  4. Revisa el estado de las abrazaderas: revisa cada tanto los manguitos de goma de la refrigeración y del turbo. Puede ocurrir que las mangueras rocen con elementos como el soporte de la batería se produzcan rajaduras. También controla que no hayan abrazaderas mal ajustadas. 
  5. Descarboniza el motor: para ello es preciso, cada tanto, circular en marchas cortas y pisar el acelerador fuerte en alguna subida para mantener el sistema de admisión del motor libre de carbonilla y para que no se estropeen ni el turbo ni elementos como la válvula EGR o el filtro antipartículas. Hay talleres que también realizan este proceso de descarbonizado del caño de escape.
  6. Detente al primer aviso: conviene reparar antes que comprar nuevo. Si evidencias señales de falla, detén el andar de tu coche y revísalo. Comprobar la holgura del eje del turbo no suele llevar más de una hora de mano de obra, entre 40 y 100 euros… un «regalo» comparado con las consecuencias de la rotura.
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